El sábado 17 de agosto se correrá la Maratón (42, 195 kms) en el Campeonato Mundial de Atletismo en Moscú. Las noticias destacan que será un duelo entre etíopes y keniatas.
Esto no fue siempre así. Cambió luego de las Olimpíadas de 1960 en Roma, cuando por primera vez ganó la maratón un atleta africano.
El triunfador fue Abebe Bikila, cuya participación en Roma fue legendaria por otras tres razones más: por primera vez un país del África Subsahariana ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos, Bikila batió el récord mundial (su tiempo fue de 2hs 15 ms y 16s) y además lo hizo corriendo descalzo.
Antes de la carrera daban muy poco por Bikila. Era un hombre muy flaco, callado, que participaba en representación de un país sin tradición olímpica y que competía contra potentes atletas de Europa y de Estados Unidos. Había ingresado al equipo olímpico a último momento, sustituyendo a Wami Biratu, que se había lesionado.
Bikila había sido descubierto por Onis Niskanen, un coach sueco contratado por el gobierno etíope para desarrollar corredores olímpicos en el país.
Al llegar a Roma, la marca Adidas, que era sponsor de las Olimpiadas, le ofreció a Bikila varios modelos de zapatos deportivos, pero no se sintió cómodo con ninguno y a último momento tomó la decisión de correr descalzo. Lo hizo por más dos horas, a una velocidad cercana a los 20 km/h y sobre pavimento. Es recordado su “sprint” (su carrera a toda velocidad) en los últimos 500 metros de la carrera, en los que le sacó a su rival inmediato 25 segundos.
En la siguiente edición de los Juegos Olímpicos, en Tokio, Bikila ya era una leyenda. La historia de que corrió descalzo había quedado atrás. Esta vez consiguió a tiempo zapatos deportivos y por lo tanto ese dejó de ser un tema que llamara la atención. Las expectativas se centraron esta vez en su estado de salud: 5 semanas antes de la carrera fue operado de apendicitis.
Pero fue como si nada. Corrió a ritmo sostenido mientras los otros corredores abandonaban uno tras otro exhaustos. A los 40 kilómetros de carrera, Bikila seguía corriendo a la misma velocidad que al iniciar la carrera. Esta vez no esperó hasta los últimos 500 metros para rematar la carrera, sino que se fue distanciando poco a poco, al punto que sus seguidores lo perdieron de vista y comenzaron a pensar que quizás había abandonado. Bikila nuevamente cruzó primero la meta y batió su propio récord, con 2hs 12min y 11 seg. Alzó los brazos por un momento para celebrar el triunfo, y en lugar de derrumbarse por el cansancio, se apartó para hacer algunos ejercicios de estiramiento y respiración.
Bikila corría con tanta suavidad que, según cuentan sus rivales, sus pies apenas “acariciaban el suelo”. Muchas veces, cuando venía de atrás, no lo escuchaban venir porque casi no hacía ruido.
Onisken lo entrenó con la filosofía de que hiciera la menor cantidad de movimientos con sus brazos y cabeza. “Tu cabeza debe flotar, nunca dejes que suba o baje”, le decía. Se puede decir que mientras la gran mayoría de los maratonistas corrían, Abebe flotaba.
Lamentablemente, Bikila tuvo una corta vida. A los 37 años sufrió un accidente automovilístico y quedó cuadriplégico. Luego fue operado y su condición mejoró a paraplégico, pero a los 41 años, sufrió un derrame cerebral y falleció. El derrame fue a consecuencia de una complicación de una lesión del accidente.
Su legado quedó para siempre. Su forma de correr fue estudiada e imitada por los corredores que le siguieron. Los deportistas africanos aprendieron gracias a él que podían competir al más alto nivel. En la actualidad países como Etiopía, Kenia y Uganda, son grandes potencias en carreras de larga distancias.
Un video sobre Abebe Bikila en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960, se puede ver en:
http://www.youtube.com/watch?v=9pp1bcSC__k
Imagen: Abebe Bikila en los Juegos Olìmpicos de Roma (1960)
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No sabía que adidas le había ofrecido modelos de zapatillas, pensaba que corrió descalzo porque no tenia sponsor. Buen dato.