Adioses | Ver Otras Historias
(Seudónimo: Colacho)
“!Serás sacerdote !” me dijo mi abuela , y me reí para mis adentros.
Ella era demasiado religiosa y su habitación era un constante altar de imágenes y santitos por todos lados.
En esos días , me había enterado que ya nos abandonaría pronto. Esa noticia me desarmó por completo , mis muros de contención tenían fecha de caducidad.
Pocos años me había dado la vida de su goce , apenas unos catorce cuando decidió irse y ya no volver.
El día mas triste fue cuando acariciando mi pelo , ella y yo en su cama , me decía que todo su cuerpo le dolía , que hasta los recuerdos le dolían , sin embargo me dijo algo que jamás olvidaré.
“A veces es mejor que se acuerden ya de mi y me dejen ir, ya estoy preparada, ya fui feliz…”
Era aún joven , aun tenia mejillas rosadas y ese cabello entrecano que siempre teñía , pero que ya desde algún tiempo había dejado de hacerlo.
Yo lloré en silencio a su lado , mientras revolvía mi pelo , y le dije que no quería que se fuera ,que no me dejara, que mi mundo se achicaría sin ella , que yo aun la necesitaría mucho mas.
Y se fue , lo supe esa noche , yo lo supe , intenté despedirme esa noche y al verla , con su respiración pesada, sin poder hablar, al susurrarle que me despedía , abrió los ojos, movió su brazo sobre mi hombro y supe que sería el final.
Durante seis años me visitó en sueños , me despertaba llorando su ausencia , y llegué varias veces a sentir en sueños que su cuerpo era real y que le hablaba , mientras ella consciente de su muerte , me decía que venia a visitarme para descansar tranquila de que estaba bien.
Un amigo me dijo que probara en hablarle , que le preguntara que quería , si necesitaba mi ayuda, y así lo hice.
Recuerdo un sueño , ella no había venido , mando a una prima hermana , y recuerdo que me dijo .
“Tu abuela me mando a decirte que a partir de hoy ,ya no la verás mas , que en enero encontrarás una respuesta a todo , y que estés tranquilo , que ella ya descansa en paz…”
Han pasado tantos años desde esa ultima visita , y no recuerdo si en enero recibí alguna noticia.
Lo que si aprendí que la muerte no tenia chances sobre el amor y el recuerdo , que hay algo mas allá , eso me tranquilizó.
Dejé de ser yo y mis miedos , a ser yo y mis aciertos.
Pensé en lo afortunado que fui en tenerla catorce años mientras otras personas no la tuvieron ni dos días.
Han pasado dieciocho años de aquello , y aun sigue viva en mi corazón , no me convertí en sacerdote como quería ella , pero fui fiel a mis sueños de comunicar , de llegar a la gente.
Aprendí que la vida es solo el momento en el que estás , convertí mis inseguridades en triunfos.
A esta altura de mi corta existencia , habré dejado ya unos diez trabajos bien pagos , cómodos y hasta casi seguros, el tedio y la rutina confieso que me matan.
Ayer volví a subir a un escenario y la gente se puso de pie para aplaudirme , esos son los momentos mas mágicos que hacen de mi una persona completa.
A todo le puse amor como me decía mi abuela , comprendí que uno debe irse cuando ya ha jugado tantas veces la carta de la felicidad, que lo importante no es la cantidad de años , sino lo que has hecho con ellos.
No , no fui sacerdote como quiso mi abuela, y algún santito aún está en casa de mis padres y allí la recuerdo y me río , porque sé que ella esta también riendo, pensando que hice lo correcto en ir contra la corriente , porque en definitiva somos almas temporales a las que nos prestan un vehículo por unos años , o meses , o días y que con él , si sabemos a que vinimos , tenemos la llave de la felicidad.
La muerte no es mas que algo físico , el amor es algo duradero e inteligente , perfecto , y que cuando lo puse en practica , las puertas se abrieron.
El éxito ha sido mi propia rebeldía , seguir sin miedos lo que me dicta el corazón , que es lo peor que podría pasar ? darme cuenta que tomé un camino equivocado ?.
Los caminos andados tienen algo bueno , se pueden desandar para tomar otra ruta.
Abuela , me enseñaste que lo importante no se compra , que lo verdadero no se oculta , que vivir hoy es lo importante , que la muerte no es mala , es cambiar la carrocería y comprarse un auto nuevo para volver a vivir.
No pude ser sacerdote como querías , tal vez no en esta vida , quizás en la siguiente te dé el gusto.
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