Gabriel Gutiérrez de la Quintana publicó este excelente artículo en Montevideo.com.uy sobre “No Más Pálidas”. Aquí les dejamos su mini biografía (cortesía de montevideo.com.uy) y después su artículo.
Es Licenciado en Psicología y especializado en Psicología del Deporte. Ha trabajado sin interrupción desde 1995 en diferentes clubes de nuestro país, en fútbol, basketball, tenis, ciclismo y boxeo, aplicando técnicas universales y propias a muchos deportistas amateurs, profesionales, como de elite. Es Psicólogo de las Selecciones Nacionales de Futbol desde marzo del 2006, habiendo brindado charlas y conferencias en diversos ámbitos nacionales y en varios del extranjero. Del mismo modo lo ha hecho con conocidos entrenadores de nuestro medio, aportando desde la ciencia del deporte herramientas que conducen al éxito y a la mejora continua en forma de proceso pero sin pausa. Es Entrenador de Futbol, Técnico en RRHH y aplica las diferentes técnicas de la P.N.L, Programación Neurolingüística, para mejorar la comunicación de todos sus clientes. Acompañó a Gustavo Poyet durante el 2005 y 2006 en la Dirección de Onfi, y colaboró durante dos años en el Proyecto Knock-Out a las Drogas de Presidencia de la Republica. Entre otras actividades acaba de inaugurar el primer Consultorio Psicológico del Deporte, CPD, en donde trabaja en forma interdisciplinaria con destacados profesionales en las diferentes áreas que hacen al rendimiento deportivo, es decir, la preparación física, con el Lic. Mariano Francescoli, la nutrición especializada en deporte con la Lic. Juana Mendoza, en el área médica con el Dr. Carlos Voituret a través del Consultorio Médico del Deportista, y con la Lic. en Psicología Positiva Mariana Alvez.
– montevideo.com.uy
Del Uruguayo Gris al Uruguayo Celeste
“Espero que no seamos un sueño que Dios sueña,o nuestro futuro serà muy relativo”. Albert Einstein.
Un querido compañero de trabajo me sugirió que leyera el libro “No más Pálidas”. Otro estimado amigo radicado en el exterior me comentó a través de Internet que debería conocer a su autor, Enrique Baliño. Luego, una tercera persona me prestó el libro y por fin comencé a leerlo.
Todavía estoy con esa sensación entre la fascinación ambigua, la sorpresa agradable, la apatía asténica intelectual y las ganas de regalárselo a todos los amigos, entrenadores, empresarios y líderes del país ¿Baliño Es nuestro Stephen Covey? ¿Es un uruguayo cualquiera, ambicioso y con ganas de modificar estructuras desde lo simple, como hizo Neruda en la poesía? ¿Es un haiku literario robado e infiltrado en las esferas empresariales y organizativas? No tengo idea de qué es. Sólo sé que amerita que este espacio en Montevideo Portal se dedique por completo a un mini superman calvo y de lentes (lo de calvo es un plus) que podría graficarse intentado levantar con sus brazos, por ejemplo, el edificio de la Intendencia de Montevideo, Adeom incluido.
Ante semejante comparación, se me viene a la mente un fenómeno diametralmente opuesto: directivos de un canal de televisión que dedica 20 minutos aproximadamente en cada informativo a mostrar sangre, atracos ,rapiñas, accidentes de tránsito y muertes sin ofrecer ninguna solución o punto de vista diferente sobre la situación. Se trata de un ritual diario de idiotez que no tiene nada que ver con informar. Eso es idiotizar, ir contra la cultura y la creatividad. Enrique Baliño no debe ser el director de ese canal, eso seguro.
Enrique, a quien no tengo el gusto de conocer, se dedica a construir. De sus páginas salen felices gentes como Pat Raly, entrenador de basketball multi campeón de la NBA, porque nos enseña a trabajar en equipo. De sus páginas también salen felices los optimistas, aunque estén mal informados, porque el autor es terco en buscar soluciones y no hacer programas dedicados a la queja y al homenaje de las ruinas.
De sus paginas, lo sé, salen felices los que torcieron la historia del fútbol en estos tiempos, los nuevos empresarios que no quieren, no están dispuestos a decir “no se puede”.
Un amigo me dijo alguna vez: “el uruguayo con tal de no hacer nada, es capaz de hacer cualquier cosa.”. Y es cierto, pero Enrique se empecina en ser contra, y somos muchos quienes intentamos emular ese positivismo, ese antiuruguayismo histórico, para convertirlo al menos en una nueva tendencia. Del uruguayo gris, al uruguayo celeste.
De sus páginas salen fortalecidos seguramente quienes tienen la suerte de estar cerca de esa mente brillante, que tal vez asociemos a esa película extranjera porque nosotros no hacemos películas sobre mentes brillantes nuestras, las nuestras son (eran) opacas ¿hay que mirar al norte?
De sus paginas salen gratificados muchos jóvenes que ven quizá por primera vez ( la locura uruguaya de Gustavo Ekrot fue un antecedente significativo a nivel de psicología cotidiana) rasgos inconfundibles de los uruguayos.
De sus páginas deberían salir felices quienes en realidad ni siquiera necesitan leer el libro, porque por capacidad o bondad natural, por mandato genético, aprendizaje familiar o por aprendizaje en base a ensayo y error, proceden en sintonía con el mensaje de la obra.
“No más pálidas” es un libro muy serio aunque se disfrute mucho al leerlo. Me causa extrañeza la poca difusión masiva que ha tenido. Por ello, estas líneas son un mero puente para aquellos lectores que cuando no tienen nada que hacer se dedican al mitote (según la cultura tolteca, a pasar el tiempo hablando mal de los demás),cambien el chip y lean el líbro de Baliños.
Para aquellos uruguayos desconfiados (hay algunos, en verdad), aclaro que no conozco al Sr. Baliño, no conozco a su editorial, no soy pariente ni vecino, creo, de Baliño. Nunca fui su compañero de estudios ni -hasta donde sé- de ningún pariente suyo. Nadie en mi familia conoce a Baliño, no sé si Montevideo Portal publicará este articulo sobre Baliño, no sé si el Sr. Baliño esta al día con los impuestos, no sé si es de izquierda, derecha, centro o media punta. Sé que es un jugador clave para la selección uruguaya del cambio para el futuro.
Tengo entendido que Baliño viaja mucho al exterior a dar conferencias. Habría que raptarlo para que se quede seis meses en Uruguay, visitando escuelas, liceos, directores de Primaria y Secundaria, líderes bancarios, de organizaciones sociales, políticas, deportivas, culturales y un larguísimo etcétera.
Enrique debe ser humano y no debe de tener tiempo para todo. Por eso también sugiero la lectura del libro a todos quienes tienen o quieren tener el poder sobre sí mismos y sobre otras personas.
Gran contribución del uruguayo gris al uruguayo celeste, ya que estamos en enorme racha ganadora.
Larga vida a Enrique.
( Y a ver cuándo comemos ese asadito que me prometiste…)
– Gabriel Gutiérrez de la Quintana
Nota original en Montevideo.com.uy
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