Cuanto más complejo y atractivo es el desafío competitivo, entonces más crítico es un Equipo de Alto Desempeño como instrumento para obtener resultados. No basta un “grupo de trabajo”. Se necesita eso que tienen los grandes equipos: juegan “de memoria”. Muchas veces se hace evidente cuando lo vemos en el deporte. Esos equipos que maravillan por su sincronización y por su precisión. Llegan a ello después de mucho trabajo. De disciplina. De cada uno dar lo mejor de sí. Cito un párrafo de “No más Pálidas. Cuatro Actitudes para el Éxito”:
El equipo multiplica el desempeño individual
Un equipo es un grupo de personas unidas por un propósito común, como ganar un campeonato, filmar una película, ganar una elección presidencial o producir motores para aviones. En los equipos ganadores cada individuo juega un papel, aporta su fortaleza distintiva, pero también colabora en la construcción de una personalidad colectiva, dada por lo que los miembros quieren lograr juntos. Los individuos colaboran para que brille el equipo y en el proceso afirman su identidad individual. Los equipos ganadores no disuelven las identidades de cada miembro, por el contrario, las realzan y las integran en una entidad colectiva superior. En estos equipos los talentos, las habilidades y la fuerza de cada uno de los individuos, se complementan, se fusionan y se multiplican. Y esta capacidad expandida permite a cada miembro conseguir un resultado superior al que habrían sido capaces de conseguir por separado.
La semana pasada, con Julio Martinez-Itte, tuvimos el gusto de conducir el Taller Teambuilding Sessions para el equipo Ejecutivo de una importante empresa internacional. El objetivo de este taller es comenzar el viaje de transformación de un grupo de individuos que trabajan juntos a un Equipo de Alto Desempeño.
Esos dos días son claves para llegar a los acuerdos que definen lo que llamamos el Team Charter (o sea la Constitución). Allí comienza el viaje. De ahí en adelante se deben caminar los acuerdos; esa es la parte más difícil. Y para ello se necesita, en cada uno de los jugadores, actitud de equipo. Actitud de equipo es ese sacrificio individual que cada uno debe hacer para que el equipo gane. Tiene que ver con el bien mayor. Tiene que ver con el máximo aporte que puedo hacer al propósito común. Tiene que ver con ese sentimiento de identidad superior: ganamos todos, o perdemos todos.
Hace muchos años, escuché decir que cada uno de nosotros venimos a la tierra como un instrumento musical. Es nuestra responsabilidad afinarnos. Parece obvio: un instrumento musical desafinado no es muy lindo de escuchar. Pero, además de afinarnos, que es lo mínimo, debemos recordar que no tocamos solos. Vivimos en una orquesta. De manera que no puedo afinarme en cualquier clave. Para tocar con otros, tengo que acordar la afinación. Y es muy agradable escuchar un buen músico en un momento, dando su solo. Pero hasta el mejor de los músicos disfruta mucho más cuando toca con sus colegas, en la orquesta.
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