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La percepción selectiva y la invención del velcro

Por Carlos Pacheco

La percepción selectiva ocurre cuando una persona, en función de sus expectativas, prioriza un tipo de información y desatiende la restante. Cumple un papel importante porque permite percibir mayor cantidad de información sobre aquello de nuestro interés y desatender la información sobre asuntos que no nos conciernen, evitando así que uno quede abrumado con información de poco valor.

Por ejemplo, si nos interesa la gastronomía tendemos a observar más cosas en una cocina que alguien a la que no le interesa, o si nos gustan los libros tendemos a ver títulos en una biblioteca que para otros -con menor interés- pasarían desapercibidos.

A veces exacerbamos esa percepción por un hecho extraordinario. Una mujer que queda embarazada (y también su marido) ve mujeres embarazadas por todos lados. Cuando uno choca con el auto, por un tiempo nuestra percepción se agudiza y vemos más autos chocados de los que veíamos anteriormente. A veces no nos damos cuenta de que esto obedece a una sensibilización momentánea provocada por algo que estamos viviendo y creemos que ha crecido la tasa de embarazo o de accidentes de tránsito.

La percepción selectiva puede tener una parte negativa, cuando por ejemplo sólo vemos ciertos defectos de las personas e ignoramos el resto. También puede ser inducida para que opere de forma positiva y creativa, como le ocurrió a  George de Mestral, el inventor del velcro.

En la década de 1940, de Mestral se propuso crear un sistema mejor que el de la cremallera para unir dos piezas de tejido. Investigó, hizo pruebas, pero no logró resultados positivos. Un día salió a cazar acompañado de su perro, un perdiguero irlandés, y al volver observó que habían quedado adheridos varios cardos en su ropa y en el pelaje del perro. Se dio cuenta que quizás ahí estaba la solución para su invento. Analizó la estructura de los cardos en un microscopio y luego diseñó un sistema que los emulaba. Así nació el velcro.

El objetivo previo de Mestral de inventar un sustituto de la cremallera hizo que desarrollara una percepción más afinada hacia todo lo que se adhería. Fue así que al observar algo cotidiano, como un cardo pegado en la ropa (que cualquier otra persona se lo habría despegado y nada más), le sirvió de inspiración para inventar el velcro.

La creatividad muchas veces consiste en utilizar de forma positiva esta capacidad humana de la percepción selectiva. Si ponemos pasión en nuestros objetivos y actuamos con determinación y profundizamos en ellos,  muchas veces la vida misma nos muestra la solución que estábamos buscando. 

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Imagen: El velcro visto en un microscopio de baja potencia (Natural Philo, 31/12/2014)

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