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Los Buenos Líderes

Los buenos lideres - No Mas Palidas

Los buenos líderes manejan/lideran 3 “campos de juego”:
1. el “negocio”, 2. el equipo y 3. a sí mismos.


1. Manejan el negocio: tienen que saber de la especialidad para definir y seleccionar las prioridades. Deben demostrar conocimiento cabal de la materia. Llegar a la cima de una organización de Clase Mundial, lleva varias décadas.

2. Manejan el equipo: para poder hacer que las personas ejecuten las prioridades definidas, tienen que saber de la naturaleza humana y tienen un entendimiento profundo de las personas y de la organización: Construyen Equipos de Alto Desempeño, Fijan sus metas, los Desarrollan y los Reconocen por sus logros.

3. Se manejan a si mismos: tienen que conocerse a si mismos para poder hacer 1 y 2.
Los buenos líderes demuestran un conjunto de comportamientos que impacta las emociones de las personas y que llevan a esas personas a lograr resultados extraordinarios. Para resultados ordinarios no necesitamos nada. Para conseguir resultados extraordinarios, que muchos pueden pensar que son imposibles, necesitamos líderes. Las personas somos inspiradas a conseguir resultados extraordinarios, por buenos líderes.
Los buenos líderes generan y dirigen las energías humanas. Los buenos líderes generan Capital Humano: Personas Capacitadas y Comprometidas.
Los buenos líderes anticipan el cambio, “leyendo” el ambiente, lo interpretan y detectan patrones de configuración futura. Ayudan al colectivo a comprender esos acontecimientos y explican cómo esos acontecimientos impactan a todos. Enfrentan la realidad tal cual es, no como un dogma o una ideología quiere que sea. Y la enfrentan para cambiarla y lograr un estadio mejor. Crean una visión compartida: descubren lo que es universal y lo capitalizan. Pintan una imagen vívida del futuro y animan a todos a trabajar en pos de esa visión.  Descubren sus esperanzas, las revelan y las usan como impulso para lograr los cambios. Los buenos líderes están convencidos que las cosas se pueden cambiar. Que existe ese futuro mejor y dedican toda su energía a crearlo.
Los buenos líderes crean capacidades técnicas y organizacionales para ejecutar la misión y lograr los objetivos. Se aseguran de tener las capacidades de saber-hacer social (p.ej: toma de decisiones rápidas, capacidad para manejar el cambio, integración, etc).

Los buenos líderes estudian. Son “tan ilustrados como valientes” al decir de nuestro Prócer. No se sienten sabios. Saben decir “me equivoqué” y lo confiesan, sin tapujos. Aprenden todos los días. Saben que no pueden atravesar la fina línea que divide la “confianza en si mismos” de la “soberbia” (en la sociedad del conocimiento ese es un pecado mortal). Cultivan el valor de la excelencia como forma de vida.

Los buenos líderes reclutan talento, movilizan a las personas para ejecutar, traducen las estrategias en metas desafiantes, claras y específicas, otorgan poder y autoridad para lograr los resultados, expanden las capacidades de cada miembro del equipo, construyen relaciones de cooperación, reconocen y recompensan el logro de los resultados y separan del equipo a aquellos que no tienen los valores, las actitudes o no logran ser competentes. Los buenos líderes construyen Equipos de Alto Desempeño, no grupos o clubs de amigos.

Los buenos líderes tienen una energía muy por encima del promedio, que la vuelcan de lleno a su proyecto, con toda pasión. Y tienen la capacidad de contagiarla y la capacidad de desarrollar a otros. Como dice Jack Welch: “andan con una lata de fertilizante en una mano y una regadera en la otra, tratando que las flores germinen… no tiene derecho a ser líder aquel que no tenga la vocación, la obsesión por “desarrollar las flores”. Y, a su vez, toman decisiones difíciles: dicen SI / NO…si las flores no germinan, las cortan”.

Para liderar no se necesita un gran carisma o una personalidad impactante. La esencia del liderazgo es la credibilidad que lleva a la confianza. Un líder logra que crean y confíen en él cuando: es competente, es justo, es íntegro, dice la verdad, expresa sus sentimientos, cumple con sus promesas y vive los valores haciendo lo que predica.
Si algo esta funcionando mal, los buenos líderes no dan explicaciones sobre el porque. No se dedican a dar excusas, ni a echarle la culpa a sus antecesores o al tiempo o a las circunstancias o a la situación.
Los buenos líderes hacen, no solo hablan. Los que solo hablan, son “explicadores” profesionales. Esos no son líderes. La capacidad de ejecución es una de las virtudes mas claras de los buenos líderes, algo que en Uruguay es muy escaso. Aquí somos especialistas en el debate y en la excusa. En términos de Microsoft, Uruguay es un país muy “Word y PPT” y poco “Excel y Project”.

Los buenos líderes no se construyen de un día para el otro. Pero se pueden desarrollar. El Liderazgo se aprende pero tiene dos pre-requisitos: Carácter y Valores.

Grandes líderes, en los altos puestos, hacen una grandísima diferencia.

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  1. El liderazgo SIEMPRE ha sido la clave… sin embargo, parece que permanentemente se necesitan recordatorios como estos.
    El liderazgo comienza en la familia y desde allí debe extenderse a todas las demás formas de organización humana.
    Gracias Enrique.

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