Por Carlos Pacheco
El pasado 15 de agosto, a los 69 años, falleció Rosalía Mera, conocida mundialmente por ser la mujer más rica de España y por ser una mujer con una gran predica social, en especial en su país.
Si hubiese seguido con la vida a la que estaba predestinada Rosalía Mera habría terminado trabajando a muy temprana edad en el matadero municipal de su barrio, que precisamente se llama Matadero (La Coruña, España). A los 11 años dejó la escuela y a los 13 años expresó su rebeldía adolescente negándose a seguir el camino que le dictaban sus mayores. A los 13, siendo casi una niña, se empleó como aprendiz en un comercio.
De cuerpo menudo y mirada intensa, esta española apasionada fundó años después con su marido, la corporación textil Inditex, con marcas famosas como Zara o Stradivarius.
A Amancio Ortega lo conoció cuando ambos trabajaban en La Maja, una casa de ropa elegante, ubicada en La Coruña. Contrajeron matrimonio en 1966, y también en esa época decidieron abrirse camino, dejar La Maja, y crear –junto a Antonio, hermano de Amancio, y la esposa de este- su propio negocio de ropa interior. En 1970 nació Sandra, la primogénita del matrimonio. En 1972 crearon la empresa textil Confecciones Goa y en 1975 abrieron la primera tienda Zara, en la calle de Juan Florez, en La Coruña. La vida del matrimonio cambió radicalmente con el nacimiento del segundo hijo, Marcos, con una discapacidad psíquica congénita. Poco después, Rosalía se alejó por un tiempo de la empresa para cuidar de su hijo. En 1985 se creó el grupo Inditex, del que forma parte Zara, pero que también incluye otras áreas de negocios. Hoy Inditex está presente en más de 70 países y cuenta con más de 5000 tiendas, de marcas como Zara, Stradivarius, Pull & Bear, Oysho, Bershka, Uterque o Massimo Dutti. La facturación en el año 2010 fue de USD 17,700 millones.
En 1986 se creó la Fundación Paideia, inspirada en la situación de su hijo Marcos, cuya misión es la integración de las personas discapacitadas a la sociedad, que presidió durante años Rosalía. Ese mismo año, Amancio y Rosalía se divorciaron.
Rosalía siempre ha tenido presente su origen humilde y le enseñó a su hija, desde niña, la sencillez y el respeto por el trabajo. Sandra fue educada en una escuela pública, sin mayordomos ni choferes, como cualquier española de clase media.
Según Cecilia Monllor, autora del libro Zarapolis, “Rosalía presume de saber a cuánto está el kilo de judías, lee a diario periódicos económicos como Expansión para conocer de primera mano qué se cuece en el mundo de los negocios, cuida de su nieto y lo mima, se ocupa del menú de la comida… En definitiva, ejerce de ama de casa, madre, abuela, hija, amiga y alterna sus labores domésticas con su trabajo en la Fundación. La otra mitad de su vida, cuando no viaja, la pasa en su casa de Lians (Oleiros) con su hijo Marcos, a quien ha dedicado el premio instituido por la fundación para reconocer el esfuerzo de las personas que trabajan en conseguir la integración de los discapacitados en la sociedad laboral. El premio se llama Marcos Ortega Mera y tiene carácter anual”.
En marzo de 2010, Forbes ubicó a Rosalía Mera en el segundo lugar de la lista de las multimillonarias con fortuna propia (que la hicieron con su trabajo, no por herencia), y la estimó en USD 3.500 millones. Al momento de su muerto había ascendido a USD 4.700 millones.
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