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Harry Potter y el arte de aprender del fracaso

 

Por Carlos Pacheco

Hace 16 años, el 30 de junio de 1997,  la casa editorial independiente inglesa Bloomsbury Publishing, publicó mil ejemplares de una novela para jóvenes titulada “La piedra filosofal”. De esos mil ejemplares, 500 fueron distribuidos en bibliotecas.

JK Rowling, su autora, escribió esa increíble historia de fantasía, color e imaginación, cuyo personaje principal era Harry Potter, en uno de los peores momentos de su vida. La idea la concibió a comienzos de 1990, pero ese mismo año su madre enfermó y falleció en diciembre. En octubre de 1992 se casó con el periodista portugués Jorge Arantes, con quien tuvo una hija en julio de 1993. En noviembre de ese mismo año el matrimonio terminó.

A sus 28 años Rowling se encontraba separada, sin trabajo, con una hija de pocos meses y en la pobreza. “En aquella época me sentí la mujer más fracasada del mundo”, señaló en más de una oportunidad.

Pero persistió y luego de casi seis años y tras muchas interrupciones, terminó su primera novela, “Harry Potter y la piedra filosofal”.

Luego de publicada la primera edición se subastaron los derechos para la publicación de la novela en Estados Unidos y para sorpresa de todos, y en especial de JK Rowling, Scholastic Inc. ofreció USD 105 mil.

Los éxitos continuaron y el libro ganó varios premios, En julio de 1998, Rowling publicó la segunda novela, “Harry Potter y la cámara secreta”, y tres meses después Warner Bros compró los derechos para filmar los dos primeros libros.

Se estima que se vendieron más de 400 millones de libros de la zaga Harry Potter en todo el mundo y que las ocho películas recaudaron USD 7.700 millones. En el año 2004, sólo 7 años después de publicada la primera novela,  Forbes estimó la fortuna de JK Rowling en más de USD 1.000 millones.

El 5 de junio de 2008, JK Rowling fue invitada a hablar en una ceremonia de graduación en la Universidad de Harvard. Su charla la tituló “El beneficio del fracaso y la importancia de la imaginación”.

 “Estaba convencida”, dijo, “de que lo único que quería hacer, para siempre, era escribir novelas. Sin embargo, mis padres, que provienen de entornos pobres y nunca fueron a la universidad, tomaron mi hiperactiva imaginación simplemente como un regalo personal que no podría pagar una hipoteca o garantizarme una pensión”.

En esa charla habló sobre los momentos más duros de su vida. No se lamentó del fracaso, sino que destacó sus beneficios.

Dijo:

“El fracaso significa remover lo intrascendente”.

“Comencé a dirigir toda mi energía a terminar el trabajo que me interesaba”.

“El fracaso me dio una seguridad interior que nunca experimenté al pasar los exámenes. El fracaso me enseñó cosas acerca de mi misma que no hubiese podido aprender de otra manera. Descubrí que tengo una fuerte voluntad, y más disciplina de la que esperaba. Y también descubrí que tenía amigos cuyo valor es mucho más alto que el de los rubíes. La noción de que has surgido más sabia y más fuerte desde el fondo significa que eres, para siempre, segura de tus habilidades de sobrevivir.  Nunca te conocerás verdaderamente, ni las fortalezas de tus relaciones, hasta que ambas sean puestas a prueba ante la adversidad. Ese conocimiento es un verdadero regalo, por todo lo que se ha ganado con esfuerzo, y que vale más que cualquier calificación alguna vez obtenida”. 

Sus palabras en Harvard se pueden escuchar, con subtítulos en español, en YouTube. 

Primera Parte: http://www.youtube.com/watch?v=yemTb5cQE2A

Segunda Parte: http://www.youtube.com/watch?v=ZzeZtI307gQ

 

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