“Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos; una para ayudarte a ti misma y otra para ayudar a los demás”
(Audrey Hepburn)
“Para mí la generosidad verdadera es así: uno da todo y siempre siente como si no le hubiera costado nada”.
(Simone de Beauvoir)
“Uno no ha terminado de vivir el día hasta que no haya hecho algo por otro que nunca te lo pagará”.
(John Bunyan)
“Es en dar que recibimos”.
(San Francisco de Asís)
“Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás”.
(Dalai Lama)
“Para las almas generosas todas las tareas son nobles”.
(Eurípides)
“La generosidad no consiste en que me des algo que yo necesito más que tú, sino en darme algo que tú necesitas más que yo”.
(Khalil Gibrán)
“El regalo más grande es dar una parte de ti mismo”.
(Ralph Waldo Emerson)
“La generosidad consiste en dar antes de que se nos pida”.
(Proverbio árabe)
“La verdadera generosidad, en relación con el futuro, consiste en dárselo todo al presente”.
(Albert Camus)
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Imagen: Audrey Hepburn en tareas humanitarias para Unicef.
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La generosidad, que es la manera de relacionarse estando a disposición de los demás pero no para utilizarles como un medio para conseguir proyectos propios de carácter material e individual, sino como una forma de ofrecerse a otros sin egoísmos, que no significa dar dinero exclusivamente, sino como una disposición mental y de ánimo de dar amor, compañía, comprensión, tiempo, cariño y alegría…
La generosidad es una virtud en la que se comparte cosas no solamente materiales, si no tiempo, amor y disposición con los demás, sin esperar nada a cambio, como hago yo cuando escribo y muestro mis viajes e impresiones, es un rasgo esencial de la bondad, tan poco practicable en la sociedad actual de materialismo, egoísmo y individualismo, y se caracteriza con la empatía, o la cualidad de ponerse en la situación de los demás, solidarizarse y ofrecer ayuda desinteresada.
Ser generoso consiste en ofrecerse a los demás, incluso a gente desconocida que no vas a conocer en persona jamás, como un medio para tener felicidad viendo felices a otros. Implica salir del propio egoísmo e individualismo, como un acto de pleno amor, sin esperar respuesta alguna, simplemente como puro placer de hacerlo… sin más.
ARTURO KORTAZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA ©
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